Es sábado, feriado, día del bandera, hace frío y ya son
las 23 hs. En Musicleta, el dúo Doleser está tocando sus últimas canciones
saturadas de frescura. En las mesas hay
un silencio atento, respetuoso, cálido. Con esa energía en el aire sube al
escenario Ciertos Rayos, el dúo acústico compuesto por Julietta Mónson y Hernán
Capoulat.
La primer canción, En la orilla,
establece el clima de imágenes intimistas que prevalecerá a lo largo del show. Luego, Desierto
del mañana trae las penas de amor desde una perspectiva con esperanza, al
igual que Miradas, tema por demás
surrealista. Y así, una por una siguen surgiendo las luces desde las guitarras y
la voz: la no-forma en En el silencio,
la oscuridad como parte necesaria en
Mariposa de noche, la restauración en la Canción Curativa (“a veces la presencia es mejor que la explicación”).
Llega el tributo a Galemire con Tus
abrazos y a continuación el folk existencialista de Hay un tiempo en la mañana.
La cotidianeidad se cuenta con poesía y
con asombro, cerca de la percepción simple propia de la infancia, pero con la experiencia
ganada en la adultez. El set concluye con La
nada y a pedido del público, con el humor de siempre, se agrega el bis Caprichos. En esta noche de solsticio, Ciertos Rayos ha compartido
más que emoción y belleza: nos ha hecho parte de una búsqueda profunda, sincera; y nos ha ofrendado atisbos
de verdad en cada nota.