Vengo de la noche, de las ruinas, los escombros;
de
una tierra sin puentes,
uniforme
y estrecha
sin
calor, casi yerma,
insuficiente;
tierra
de vasallos,
estricta
y doble,
tierra
que me juzga paria y amenaza
y
me contempla reflejo de miserias.
Hice del exilio libertad.
Solté
luego el corazón
Tímido
y blando
Supe
del amor,
del
desencuentro,
de
Oriente
y de sus peregrinos.
y de sus peregrinos.
Soy uno hoy.
Vivir el Ser
ya sin temor:
llamarme Vibhishana.
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